LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
EN SU NOMBRE
EL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA
JUZGADO PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA AGRARIA DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO BARINAS. BARINAS.
201° y 152°
IDENTIFICACION DE LAS PARTES Y SUS APODERADOS.
PARTE DEMANDANTE:
JOSE RAFAEL GONZALEZ LUGO, venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº 2.473.715.-
APODERADO JUDICIAL DE LA PARTE DEMANDANTE:
Abogados LUIS BARRETO VIDAL, CLEMENTE ALEXANDER TORREALBA y ANNABELLA FRANCO, GUSTAVO ESPINOZA PINO, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 14.192, 20.099, 48.264 y 25.372, respectivamente.-
PARTE DEMANDADA:
PEDRO JOSE MUJICA BALZA, venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº 2.475.159, domiciliado en el Sector Maratapo, Fundo El Porvenir, Municipio Antonio José de Sucre del Estado Barinas.-
APODERADO JUDICIAL DE LA PARTE DEMANDADA:
Abogado: VICTORIANO RODRIGUEZ MENDEZ, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 21.916
ACCIÓN: REIVINDICACION
HISTORIAL DE LA CAUSA
Previa revisión de las actas, se constató que en fecha Veintiséis (26) de Noviembre de 1998 fue presentado ante este Juzgado, libelo de demanda por REIVINDICACION, por los Abogados LUIS BARRETO VIDAL, CLEMENTE ALEXANDER TORREALBA y ANNABELLA FRANCO, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 14.192, 20.099 Y 48.264, respectivamente, en su carácter de Apoderados Judiciales del ciudadano: JOSE RAFAEL GONZALEZ LUGO, venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº 2.473.715, en contra del ciudadano PEDRO JOSE MUJICA BALZA, venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº 2.475.159.
EPÍTOME
Los Apoderados actores alegan en el escrito libelar que su representado es propietario de una finca pecuaria, constante de mas o menos ciento veinte (120) hectáreas de potrero y pastos artificiales de las variedades alemana brecharia, cercada con alambre de púas y horcones de madera de corazón, un corral de ganado que mide 16x8, techado con acerolit y piso de cemento y su correspondiente casa de habitación denominada “El Porvenir” ubicada en terrenos del Instituto Agrario Nacional (hoy Instituto Nacional de Tierras), en el vecindario Maratapo, Fundo El Porvenir, Municipio Antonio José de Sucre del Estado Barinas. Que dicho fundo fue invadido y ocupado por el ciudadano PEDRO JOSE MUJICA BALZA, venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº 2.475.159, ganadero y hábil, quien sabe que dicho fundo le pertenece a su representado ciudadano JOSE RAFAEL GONZALEZ LUGO y que sin embargo se encuentra ocupándolo sin ningún titulo, autorización y sin derecho alguno desde mediados de Mayo de 1998.
Alegan que no obstante de la titularidad de la propiedad del Fundo en cuestión, no ha sido posible que el ciudadano: PEDRO JOSE MUJICA BALZA, antes identificado, restituya el inmueble que ha invadido y ocupado. (Folio 01-04)
En fecha 26 de Noviembre de 1998, se dictó auto admitiendo la demanda, se libraron boletas. (Folio 16).
En fecha 18 de Diciembre de 1998, mediante diligencia el ciudadano PEDRO JOSE MUJICA BALZA, confiere poder Apud Acta al Abogado VICTORIANO RODRIGUEZ MENDEZ, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 21.916, Folio 36)
En fecha 11 de Diciembre de 1999, mediante diligencia el ciudadano PEDRO JOSE MUJICA BALZA, confiere poder Apud Acta al Abogado VICTORIANO RODRIGUEZ MENDEZ, Apoderado Judicial del demandado, presento escrito de contestación de la demanda. Planteo reconvención de la demanda. (Folio 37-41).
En fecha 14 de Enero de 1999, mediante auto se admitió la reconvención planteada. (Vto. Folio 42)
En fecha 26 de Enero de 1999, los Abogados ALEXANDER TORREALBA y ANNABELLA FRANCO MALDONADO, mediante diligencia consignaron escrito de contestación a la reconvención y sustituyeron poder en el Abogado GUSTAVO ESPINOZA, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 25.372 (Folio 47-51).
En fecha 27 de Enero de 1999, se dicto auto acordando tener como parte en el juicio al Abogado GUSTAVO ESPINOZA. (F.81). Mediante Sentencia Interlocutoria de fecha 29/01/1999, se revoco el auto de fecha 27/01/99 y se declaro excluido de la causa al Abogado GUSTAVO ESPINOZA PINO (F.83-86).
En fecha 01 de Febrero de 1999, el Abogado CLEMENTE ALEXANDER TORREALBA, presento escrito de promoción de pruebas (Folio 88-92). En la misma fecha el Abogado CLEMENTE ALEXANDER TORREALBA, sustituyo poder en el Abogado HERIBERTO AVENDAÑO QUINTERO, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 37.563 (F. 105)
En fecha 03 de Febrero de 1999, mediante diligencia los Abogados CLEMENTE ALEXANDER TORREALBA y ANNABELLA FRANCO MALDONADO, recusaron al Juez Alberto Torres Trujillo (F. 111). En fecha 04/02/99, el Juez recusado presento su respectivo informe (F.116-119). En fecha 28/09/99, se declaro Sin Lugar la recusación interpuesta los Abogados CLEMENTE ALEXANDER TORREALBA y ANNABELLA FRANCO MALDONADO (Folio 141-143)
En fecha 01 de Diciembre de 1999, la Abogada AURA MILAGROS RAMIREZ, inscrita en el Inpreabogado bajo el Nº 59.756, consigno poder especial que le fuera otorgado por el ciudadano JOSE RAFAEL GONZALEZ LUGO. (Folio 148).
En fecha 30 de Junio de 2005, el Juez José Gregorio Andrade se aboco al conocimiento de la causa (Folio 152)
Por auto de fecha 01 de Diciembre de 2011, se abocó al conocimiento de la presente causa, el Juez Provisorio de este Juzgado, Abogado JOSÉ JOAQUÍN TORO SILVA, se ordenó la notificación de las partes. (Folios 160)
DE LA COMPETENCIA DE ESTE JUZGADO PARA CONOCER DE LA ACCIÓN INTENTADA
En virtud que la presente acción versa sobre tierras con vocación de uso agrario y subsumida ésta en el supuesto del artículo 2 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, y así como lo señala Humberto Cuenca, citando al Maestro Chiovenda, trata el punto de la llamada competencia funcional, la cual define de la siguiente manera: “cuando la ley confía a un juez una función particular, exclusiva, se dice que hay una competencia funcional. La característica esencial es la de ser absoluta e improrrogable y aún cuando parece confundirse, a veces, con la competencia por la materia y por el territorio, es, sin embargo, independiente de ella”. (Derecho Procesal Civil. Humberto Cuenca. Tomo Segundo. Universidad Central de Venezuela, Ediciones de la Biblioteca. 1993). En sentencia de la Sala Constitucional del 24 de marzo de 2000 (caso: Universidad Pedagógica Experimental Libertador), se señaló los requisitos que conforme a los artículos 26 y 49 constitucionales, debe cumplir el juez natural. Entre ellos se indicó el de ser un juez idóneo, “…de manera que en la especialidad a que se refiere su competencia, el juez sea apto para juzgar, en otras palabras, sea un especialista en el área jurisdiccional donde vaya a obrar…”, y se agregó que dicho requisito “no se disminuye por el hecho de que el conocimiento de varias materias puedan atribuirse a un solo juez, lo que atiende a razones de política judicial ligada a la importancia de las circunscripciones judiciales”. Idoneidad y especialización se consideraron exigencias básicas en el juez natural, lo que dicha Sala Constitucional reiteró en sentencia 19 de julio de dos mil dos, (caso: CODETICA), que ello da a los jueces que ejercen la jurisdicción especial una prioridad para conocer las causas que configuran la especialidad. Y ello hace al juez agrario en este caso, el juez natural de la causa identificada en la presente acción. Y en este orden de ideas, tal y como lo ha definido meridianamente la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en el fallo N° 1715 del 08 de agosto de 2007 con ponencia de la Magistrada Luisa Estella Morales Lamuño (caso: “INMOBILIARIA EL SOCORRO, C.A.”), en los siguientes términos:
“…Respecto de las pretensiones procesales de naturaleza agraria, esta Sala reconoció la competencia de los órganos jurisdiccionales especializados regulados por la mencionada Ley Orgánica, derogada por la actual Ley de Tierras y Desarrollo Agrario y, en ese sentido, ha afirmado que “(…) a los tribunales con competencia en materia agraria le corresponde conocer limitadamente de las demandas en las cuales se introduce la acción y se postula la pretensión agraria, así como de las medidas y controversias que se susciten con ocasión a dicha demanda, pues debe entenderse que el esquema competencial dispuesto en el artículo 1º de la ley referida, obedece a la existencia de un vínculo directo entre la naturaleza del bien y la materia agraria (Vid. Sentencia de esta Sala N° 449 del 4 de abril de 2001, caso: “Williams Blanco Bencomo y Thamara Muraschkoff De Blanco”)…”
MOTIVOS DE HECHO Y DE DERECHO PARA DECIDIR
Previo al pronunciamiento de fondo correspondiente, y vistas las actas cursantes a los autos, procede este Juzgador a realizar las siguientes consideraciones:
Se observa de las actas cursantes en el expediente, que la última actuación de la parte accionante en el curso del proceso, ocurrió en fecha 01 de Diciembre de 1999, fecha en la cual la Abogada AURA MILAGROS RAMIREZ, inscrita en el Inpreabogado bajo el Nº 59.756, consigno poder especial que le fuera otorgado por el ciudadano JOSE RAFAEL GONZALES LUGO (F.148), observándose que desde esa fecha y hasta la presente transcurrieron mas de Trece (13) años, sin que conste en autos actuación alguna de la parte interesada que permita evidenciar su interés en dar continuidad al proceso y obtener un pronunciamiento definitivo que ponga fin al litigio; es decir, se verifica una inacción prolongada de las partes y en tal sentido cabe mencionar sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, N° 956, de fecha 01 de junio de 2001, caso: Fran Valero González y Milena Portillo de Valero.
… omissis ….
“Sin embargo, al ejercerse la acción puede fingirse un interés procesal, o éste puede existir y luego perderse, por lo que no era necesario para nada la intervención jurisdiccional.
En ambos casos, la función jurisdiccional entra en movimiento y se avanza hacia la sentencia, pero antes de que ésta se dicte, se constata o surge la pérdida del interés procesal, del cual el ejemplo del bien asegurado es una buena muestra, y la acción se extingue, con todos los efectos que tal extinción contrae, muy disímiles a los de la perención que se circunscribe al procedimiento.
Dentro de las modalidades de extinción de la acción, se encuentra -como lo apunta esta Sala- la pérdida del interés, lo cual puede ser aprehendido por el juez sin que las partes lo aleguen, y que tiene lugar cuando el accionante no quiere que se sentencie la causa, lo que se objetiviza mediante la pérdida total del impulso procesal que le corresponde.
Se trata de una situación distinta a la de la perención, donde el proceso se paraliza y transcurre el término que extingue la instancia, lo que lleva al juez a que de oficio o a instancia de parte, se declare tal extinción del procedimiento, quedándole al actor la posibilidad de incoar de nuevo la acción. El término de un año (máximo lapso para ello) de paralización, lo consideró el legislador suficiente para que se extinga la instancia, sin que se perjudique la acción, ni el derecho objeto de la pretensión, que quedan vivos, ya que mientras duró la causa la prescripción quedó interrumpida.
(…)
La otra oportunidad (tentativa) en la que puede decaer la acción por falta de interés, es cuando la causa se paraliza en estado de sentencia. Tal parálisis conforme a los principios generales de la institución, no produce la perención, pero si ella rebasa los términos de prescripción del derecho objeto de la pretensión, sin que el actor pida o busque que se sentencie, lo que clara y objetivamente surge es una pérdida del interés en la sentencia, en que se componga el proceso, en que se declare el derecho deducido. Es indiscutible que ese actor no quiere que lo sentencien, por ello ni incoa un amparo a ese fin, ni una acción disciplinaria por denegación de justicia, ni pide en la causa que le fallen. No es que el Tribunal va a suplir a una parte la excepción de prescripción no opuesta y precluída (artículo 1956 del Código Civil), la cual sólo opera por instancia de parte y que ataca el derecho del demandante, sino que como parámetro para conocer el interés procesal en la causa paralizada en estado de sentencia, toma en cuenta el término normal de prescripción del derecho cuyo reconocimiento se demanda.
Por lo regular, el argumento que se esgrime contra la declaratoria oficiosa, o a instancia de parte, de tal extinción de la acción, es que el Estado, por medio del juez, tenía el deber de sentenciar, que tal deber ha sido incumplido, por lo que la parte actora no puede verse perjudicada por la negligencia del Estado.
Todo ello sin contar que la expectativa legítima del accionante, es que la causa en estado de sentencia debe ser resuelta por el juez sin necesidad de instancia alguna, y sin que su falta de impulso lo perjudique.
Es cierto, que es un deber del Estado, que se desarrolla por medio del órgano jurisdiccional, sentenciar en los lapsos establecidos en la ley, que son los garantes de la justicia expedita y oportuna a que se refiere el artículo 26 constitucional.
Es cierto que incumplir tal deber y obligación es una falta grave, que no debe perjudicar a las víctimas del incumplimiento; pero cuando tal deber se incumple existen como correctivos, que los interesados soliciten se condene a los jueces por el delito tipificado en el artículo 207 del Código Penal, o acusar la denegación de justicia que funda una sanción disciplinaria, o la indemnización por parte del juez o del Estado de daños y perjuicios (artículos 838 del Código de Procedimiento Civil y 49 Constitucional); y en lo que al juez respecta, además de hacerse acreedor de todas esas sanciones, si el Estado indemniza puede repetir contra él. La parte que trata por todos estos medios de que el juez sentencie, está demostrando que su interés procesal sigue vivo, y por ello al interponerlos debe hacerlos constar en la causa paralizada en estado de sentencia, por falta de impulso del juez. Es más, el litigante que ha estado vigilando el expediente y que lo ha solicitado por sí o por medio de otro en el archivo del Tribunal, está demostrando que su interés en ese juicio no ha decaído.
No comprende esta Sala, cómo en una causa paralizada, en estado de sentencia, donde desde la fecha de la última actuación de los sujetos procesales, se sobrepasa el término que la ley señala para la prescripción del derecho objeto de la pretensión, se repute que en ella sigue vivo el interés procesal del actor en que se resuelva el litigio, cuando se está ante una inactividad que denota que no quiere que la causa sea resuelta.
(…)
No es que la Sala pretenda premiar la pereza o irresponsabilidad de los jueces, ya que contra la inacción de éstos de obrar en los términos legales hay correctivos penales, civiles y disciplinarios, ni es que pretende perjudicar a los usuarios del sistema judicial, sino que ante el signo inequívoco de desinterés procesal por parte del actor, tal elemento de la acción cuya falta se constata, no sólo de autos sino de los libros del archivo del tribunal que prueban el acceso a los expedientes, tiene que producir el efecto en él implícito: la decadencia y extinción de la acción”.
Criterio jurisprudencial aplicable al caso de autos, puesto que la inactividad prolongada de las partes se traduce como una pérdida de interés procesal, lo que produce la extinción del proceso, la cual puede declararse, aún de oficio por el Tribunal, debiéndose mencionar en sintonía con lo expuesto, sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, N° 1607, de fecha 25 de octubre de 2011, caso: Carlos Alejandro Pérez Vivas.
… omissis ….
“El derecho al acceso a los órganos de administración de justicia, previsto en el artículo 26 de la Constitución, se ejerce mediante la acción que se concreta con la interposición de la demanda y los actos necesarios para el impulso del proceso. El requisito del interés procesal como elemento de la acción deviene de la esfera del derecho individual que ostenta el solicitante, que le permite la elevación de la infracción constitucional o legal ante los órganos de administración de justicia (vid. s.S.C. 416 del 28 de abril de 2009, caso: Carlos Vecchio y otros).
El interés procesal surge de la necesidad que tiene un particular, por una circunstancia o situación real en que se encuentra, de que a través de la administración de justicia, el Estado le reconozca un derecho y se le evite un daño injusto, personal o colectivo (vid. s.S.C. 686 del 2 de abril de 2002, caso: MT1 (Av) Carlos José Moncada).
El interés procesal ha de manifestarse en la demanda o solicitud y ha de mantenerse a lo largo del proceso, ya que la pérdida del interés procesal se traduce en el decaimiento y extinción de la acción. Por ello, ante la constatación de esa falta de interés, el cese de la acción puede declararse de oficio, ya que no hay razón para que se movilice el órgano jurisdiccional (vid. s.S.C. 256 de 1 de junio de 2001, caso: Fran Valero González).
En tal sentido, la Sala ha establecido la presunción de pérdida del interés procesal puede darse en dos casos de inactividad: antes de la admisión de la demanda o después de que la causa ha entrado en estado de sentencia. En el resto de los casos, es decir, entre la admisión y la oportunidad en que se dice “vistos” y comienza el lapso de decisión de la causa, la inactividad produce la perención de la instancia”.
En aplicación del criterio jurisprudencial supra mencionado, y habiéndose verificado en los autos la inactividad prolongada de las partes, constatándose que la última actuación de la parte accionante en el curso del proceso, ocurrió en en fecha 01 de Diciembre de 1999, fecha en la cual la Abogada AURA MILAGROS RAMIREZ, inscrita en el Inpreabogado bajo el Nº 59.756, consigno poder especial que le fuera otorgado por el ciudadano JOSE RAFAEL GONZALEZ LUGO (F.148), observándose que desde esa fecha y hasta la presente transcurrieron mas de Trece (13) años, sin que conste en autos actuación alguna de la parte interesada que permita evidenciar su interés en dar continuidad al proceso y obtener un pronunciamiento definitivo que ponga fin al litigio, lo que denota la pérdida del interés procesal, resulta en consecuencia forzoso para este Tribunal, declarar extinguido el proceso, y así se decide.
PARTE DISPOSITIVA
Por todo lo anteriormente expuesto este Tribunal Primero de Primera Instancia Agraria de la Circunscripción Judicial del Estado Barinas, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley declara el decaimiento del interés procesal y en consecuencia:
PRIMERO: se declara COMPETENTE para conocer del juicio de REIVINDICACION, intentado por el Ciudadano JOSE RAFAEL GONZALEZ LUGO, venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº 2.473.715 en contra del ciudadano PEDRO JOSE MUJICA BALZA, venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº 2.475.159.-
SEGUNDO: SE DECLARA EL DECAIMIENTO DE LA ACCIÓN por pérdida de interés procesal y en consecuencia EXTINGUIDO EL PROCESO en el Juicio de REIVINDICACION, intentado por el Ciudadano JOSE RAFAEL GONZALEZ LUGO, venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº 2.473.715 en contra del ciudadano PEDRO JOSE MUJICA BALZA, venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº 2.475.159.-
TERCERO: Notifíquese a las partes de la presente decisión. Para la notificación de la parte demandante notifíquese de conformidad con lo establecido en el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil y para la parte demandada entréguese al Alguacil del Tribunal a los fines que practique la misma.
Publíquese y regístrese.
Dada, firmada, sellada y refrendada en la Sala de Despacho del Juzgado Primero de Primera Instancia Agraria de la Circunscripción Judicial del Estado Barinas. En Barinas, a los Diecisiete (17) días del mes de Abril del año Dos Mil Doce (2012). Años 201° de la Independencia y 153° de la Federación.
EL JUEZ.-
Abg. JOSÉ JOAQUÍN TORO SILVA
LA SECRETARIA,
Abg. JENNIE W. SALVADOR PRATO.-
En la misma fecha se publicó la anterior sentencia siendo las 01:00 p.m., y se libraron boletas de notificación. Conste.
LA SECRETARIA,
Abg. JENNIE W. SALVADOR P.
JJTS/JWSP/br
Exp. Nº 1.649.-
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