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jueves, 30 de junio de 2005
DISCURSO DEL MAGISTRADO LUIS VELAZQUEZ ALVARAY EN LA CELEBRACION DE LOS 428 AÑOS DE LA CIUDAD DE BARINAS
Con una sesión solemne el Concejo Municipal del Municipio Autonomo Barinas, celebró los 428 Años de fundada de la muy noble y muy leal ciudad de Barinas, acto que tuvo lugar en el Teatro Orlando Araujo al cual asistieron personalidades del Estado Barinas, asi como tuvo un invitado de honor el Magistrado Luis Velazquez Alvaray, quien pronunció un discurso lleno de sentimiento e historia del Estado Barinas. También asistieron a este evento; el Gobernador del Estado Barinas, la Magistrada Yris Peña de Andueza, El Juez Rector del Estado Barinas, el Alcalde del Municipio entre otras personalidades.
 
DISCURSO CON MOTIVO DE LA CONMEMORACIÓN DEL CUADRAGÉSIMO VIGÉSIMO OCTAVO ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE BARINAS

JUEVES 30 DE JUNIO DE 2005





I



Debo comenzar dando disculpas por ocupar un pequeño espacio de este tiempo para rendir tributo a la memoria de un Barines excepcional, que fue mí tío, mí padre, ejemplo y luz en el camino a seguir. Me refiero a Luis Alfonso Alvaray Dreyer. Fallecido hace un mes, su recuerdo visita lo más profundo de mi alma, y ahora que volvemos a la ciudad que tanto amó, retomamos los rituales, como si fuera ayer, consolándonos como si la vida no pasara. Son enigmas que parecen flores abiertas en el vacío. Su recuerdo será un eco y la perennidad de su imagen nos ayudará a transitar el camino recto. En un libro que escribió en el año 1987, titulado ?Hacia la utopía Barinesa? dijo: ?LA barinidad estará siempre alimentada por saber que hemos tenido capacidad de rebelión frente a la injusticia y que una vez hicimos temblar la tierra detrás de las banderas amarillas de la federación?? Quisiera finalmente ofrendarle a su memoria un retazo de la poesía de Eugenio Montejo:





Aquel caballo que mi padre era

y que después no fue, ¡por dónde se halla?

Aquellas altas crines de batalla

en donde galopé la tierra entera.



Aquel silencio puesto dondequiera

en sus flancos con tactos de muralla,

la silla en que me trajo y ahora calla

su filiación fatal en la quimera.



Sé que vine en el trecho de su vida

al espoleado trote de la suerte

con sus alas de noche ya caída,



y aquí me desmontó de un salto fuerte,

hízose sobras y me dio la brida

para que llegue solo hasta la muerte.





II

En un apacible enero, un día del año 1492 en Huelva, cuando Cristóbal Colón levó anclas para cruzar los azules e infinitos mares, en busca de la india y en su lugar encontró América, nunca pensó que en aquellas tierras inmensas se formaría un rincón irreductible contra toda forma de opresión, una ciudad inquieta con un Río Santo en el verano e irascible en el invierno, ?el Santo Domingo?, que serpentea esta ciudad briosa cual caballo desbocado, como ?Rocinante? y con gente como el caballero que cargó en su lomo.



Ciudad de sueños, abierta, de vastedad y distancias. Barinas es una ciudad sublime, de centauros en la fiesta del coleo. Toda la simbología del caballo se resume en Barinas, con su fabulario poético.

Las luchas a caballo que deslumbraron a Marco Polo en sus viajes prodigiosos, se ha reproducido en Barinas, en nuestra historia, nuestra crónica, que siempre ha estado acompasada por el estruendo de los caballos, porque ellos son hijos del viento y Barinas a decir de Orlando Araujo son ?los ríos el tabaco y el viento?; y que yo parafraseándolo diría: Barinas son los ríos, el caballo y el viento? Trilogía en ciudad briosa, fabuladora y siempre fuerte como un corcel guerrero.

Barinas al caballo lo hizo suyo, lo convirtió en leyenda, en emoción, en símbolo de la federación: ?Ven, mi noble corcel, fiel compañero

En la ruda fatiga y los combates,

Tú, que el sonido del clarín guerrero

La crin erizas y la tierra bates?.

(Juan Crisóstomo Falcón).



?Yo me abandoné a su trote incierto?, diría Ramos Sucre.

O siguiéndole los pasos a Luis Barrios Cruz, cuando dijo:

?Mi caballo es alazán. ¡vuelvan caras!

Alazán como el sol desbocado sobre las palmas

Alazán como las polvoreadas llameantes de la tarde?.



?Es ciudad donde el caballo de la lluvia pisa el pequeño regazo amarillo de las flores sabaneras?. (MOS).



La sabanas de Barinas ilustradas desde la época de la colonia donde ?los caballos de la noche van corriendo, por las yerbas delgadas de los astros?. (Gerbasi).





En esas sabanas yo vi nacer un potro

Lo vi correr por los bancos empíreos

Y el viento de su hermosura

Cruza por mis cambiantes praderas. (Juan Beroes).



Ciudad de Barinas, ciudad de ritmos, melodías y cantantes.

Poco se puede comprender de ti si no nos dete
 
Autor:
  RECTORIA DEL ESTADO BARINAS
 
Fecha de Publicación:
  30/06/2005
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